El Aparato Digestivo aporta continuamente agua, nutrientes y electrólitos a todo el organismo, para lo que lleva a cabo el tránsito de los
alimentos, la secreción de jugos para su digestión y la absorción de los distintos productos
digeridos, que son necesarios para el funcionamiento del cuerpo.
- Generalidades de la Motilidad Gastrointestinal:
Todo
el tubo digestivo muestra una constitución similar con algunas variantes en
cada uno de sus segmentos. En general posee una capa externa, que es una
serosa, una capa muscular longitudinal, una capa muscular circular, submucosa y
mucosa. Es importante señalar que la mucosa también posee fibras musculares
lisas, la muscularis mucosae; todas las capas de músculo liso del tubo
digestivo son imprescindibles para la motilidad gastrointestinal.
Las fibras musculares del tubo se disponen en haces, y se
encuentran conectadas eléctricamente unas a otras mediante uniones
intercelulares de hendidura que permiten el paso de iones entre las células con
una resistencia escasa.
Cada haz de músculo liso está separado del siguiente por una
capa de tejido conjuntivo laxo, de tal manera que los haces se fusionan en
muchos puntos formando una red; Es por esto que la capa muscular actúa como un
sincitio, cuando aparece en algún punto de la masa muscular el potencial de
acción este se transmite en todas las direcciones.
La actividad eléctrica del músculo liso gastrointestinal es
intrínseca lenta y casi continua que recorre las membranas de las miofibrillas.
Está actividad se divide en dos tipos básicos de ondas eléctricas: ondas lentas
y espigas.
Ondas lentas: Estas ondas no son potenciales de acción, sino que
constituyen cambios lentos y ondulantes del potencial de membrana en reposo. La
intensidad de estas ondas oscila entre 5 y 15 milivoltios y su frecuencia varía
según la porción del tubo digestivo. El
ritmo de contracción en el cuerpo gástrico es de 3/min, el del duodeno de
12/min y el íleon 8 a 9/min.
No se conoce exactamente el origen de las ondas lentas, pero
se le atribuyen a la interacción de las células musculares lisas con las
células intersticiales de Cajal, (que forman una red) probablemente actúen como marcapasos
eléctricos para las fibras musculares.
La ondas lentas no inducen por sí mismas las contracciones
del tubo digestivo, (sólo en el estómago) por lo que su función principal está
en controlar la aparición de los potenciales en espiga que producen la
contracción muscular.
Ondas en Espiga: Estos son verdaderos potenciales de acción. Se generan
cuando el potencial de reposo del músculo gastrointestinal (de -50 a -60
milivoltios) se hace más positivo hasta que alcanza los -40 milivoltios. La
cantidad de potenciales de espiga suele ser de 1 y 10 espigas por segundo. Los
potenciales de espiga duran de 10 a 40 veces más que los potenciales de acción
de las grandes fibras nerviosas y cada espiga llega a prolongarse de 10 a 20
milisegundos.
Los canales responsables de los potenciales de acción en las
fibras musculares gastrointestinales facilitan la entrada de grandes cantidades
de iones calcio con una menor cantidad de iones Na, por lo que se llaman
canales Calcio- Sodio. De tal manera que la apertura de estos canales es más
lenta que los canales de puro Na de los nervios. La lentitud de apertura y
cierre de los canales Calcio- Sodio explica la larga duración de los
potenciales de acción en músculo gastrointestinal.
El potencial de membrana del músculo gastrointestinal es en
promedio de -56 milivoltios, sin embargo varios factores contribuyen para que
esta membrana se hiperpolarice disminuyendo la excitabilidad o se despolarice,
aumentando la excitabilidad.
Los factores que despolarizan la membrana son, la distención del músculo, estimulación
por ACh, estimulación parasimpática que secretan ACh y la estimulación por
distintas hormonas.
Los factores que hiperpolarizan la membrana son, el efecto
de la Noradrenalina, la adrenalina y estimulación de nervios simpáticos
secretores de Noradrenalina.
La contracción del músculo liso sucede tras la entrada de
iones Ca en la fibra, las ondas lentas no suelen producir la entrada de Ca,
sino sólo de iones Na, por lo que no producen la contracción muscular; Sin
embrago las ondas en espiga que se generan en el máximo de las ondas lentas,
permiten la entrada de los iones Ca, generando la contracción.
Contracción Tónica Gastrointestinal: Una parte importante del músculo del aparato digestivo
produce contracciones tónicas, siendo la contracción tónica continua y no asociada a un ritmo eléctrico
de las ondas, persistiendo por varios minutos u horas.
La contracción tónica se puede deber a potenciales en espiga
repetidos y continuos, o bien a la acción de hormonas u otros factores químicos
que inducen la despolarización parcial y constante de la membrana del músculo
liso sin generar potenciales de acción.
- El Sistema Nervioso Entérico:
El
sistema nervioso entérico es el sistema nervioso propio del tubo digestivo, que
se extiende a lo largo de su pared, contiene unos 100 millones de neuronas y
sirve para controlar los movimientos y secreciones intestinales.Este sistema nervioso entérico está formado por dos plexos,
un plexo situado entre las dos capas musculares del tubo, llamado plexo
mientérico o de Auerbach; Y un plexo submucoso llamado plexo de Meissner.
Estos plexos tienen conexiones entre ellos y con otras
partes importantes para llevar a cabo sus funciones, muchas fibras nerviosas se
originan en el epitelio gastrointestinal, de
donde se conectan a los plexos entéricos, y de ahí se pueden establecer
conexiones con los ganglios prevertebrales del sistema nervioso simpático, a la
médula espinal y con el nervio vago hacia el encéfalo, así como conexiones de
regreso, desde estas ubicaciones hasta el tubo digestivo.
A continuación se muestra una tabla con las diferencias
entre el plexo mientérico y el plexo submucoso:
Plexo
Mientérico o de Auerbach
|
Plexo
submucoso o de Meissner
|
Aumenta contracción
tónica
|
Regula la función parietal interna de cada
segmento intestinal
|
Aumenta intensidad
de contracciones rítmicas
|
Control de
la secreción intestinal local
|
Ligero aumento de
la frecuencia de las contracciones
|
Control de
la absorción local
|
Aumento en la
velocidad de conducción de ondas de excitación
|
Control de
la contracción local del músculo submucoso, induciendo ciertos plegamientos
en la mucosa
|
Algunas de sus
neuronas producen señales inhibitorias produciendo relajación de algunos
esfínteres
|
Control
relacionado al flujo sanguíneo local
|
Los neurotransmisores más comunes secretados por las
neuronas del sistema nervioso entérico son: acetilcolina, Noradrenalina, que
son las principales, otras que pueden destacar son la serotonina, la dopamina,
colecistocinina, sustancia P, polipéptido intestinal vasoactivo, somatostatina,
leu- encefalina, metencefalina y bombesina. La acetilcolina estimula la
actividad gastrointestinal, mientras que la Noradrenalina la inhibe.
Inervación
parasimpática del tracto gastrointestinal:
Esta inervación se encuentra dividida en dos partes, craneal
y sacra. Los nervios vagos transportan la gran mayoría de las fibras del
sistema parasimpático craneal, proporcionan inervación al esófago, estómago,
páncreas y en grado menor al intestino, alcanzando hasta la primera mitad del
colon.
El sistema parasimpático sacro se origina en los segmentos
sacros, viaja junto a los nervios pélvicos e inervan el colon, colon sigmoides,
recto y ano. El colon sigmoides es el mejor inervado por fibras parasimpáticas
que cualquier otro segmento, interviniendo en la defecación.
Las neuronas posganglionares del sistema parasimpático se
encuentran sobre todo en el plexo mientérico y submucoso, su estimulación
aumenta la actividad de todo el sistema nervioso entérico, potenciando a su
vez, muchas de las funciones del tubo digestivo.
Inervación simpática
del tracto gastrointestinal:
Las fibras simpáticas que inervan el tubo digestivo se
originan entre los segmentos medulares T5 y L2. Los nervios simpáticos forman
dos cadenas a los lados de la columna vertebral, atraviesan estas cadenas hasta
llegar a los ganglios simpáticos, como el ganglio celiaco y los ganglios mesentéricos,
de donde emergen las fibras hacia todo el tubo. El sistema simpático inerva
todo el tubo digestivo prácticamente, secreta Noradrenalina y menores
cantidades de adrenalina.
La estimulación parasimpática provoca la inhibición del
músculo liso por acción de la Noradrenalina de manera discreta y con un efecto
más potente de Noradrenalina, inhibe las neuronas del sistema nervioso
entérico. Un fuerte estímulo en el simpático puede hasta detener el tránsito de
los alimentos.
En el tracto gastrointestinal también se originan numerosas
fibras nerviosas aferentes. Estos nervios sensitivos se pueden estimular
mediante la irritación de la mucosa intestinal, una distención excesiva del
intestino o la presencia de ciertas sustancias químicas específicas. Los
efectos de estas señales pueden excitar o inhibir los movimientos o la
secreción intestinal.
Reflejos
gastrointestinales:
Existen tres tipos generales de reflejos gastrointestinales,
esenciales para la regulación del aparato digestivo y sus funciones:
a- Reflejos integrados dentro del sistema nervioso
entérico. Son reflejos de secreción digestiva, peristaltismo, contracciones de
mezcla, efectos de inhibición local etc.
b- Reflejos que viajan del intestino a los ganglios
simpáticos prevertebrales, desde donde regresan al tubo. Como las provenientes
del estómago, la evacuación del colon que es el reflejo gastrocólico, otros
reflejos del colon y del intestino delgado que inhiben motilidad y secreción
gástrica que son los reflejos enterogástricos y los reflejos originados en el
colon e inhiben vaciamiento del íleon al colon que son los reflejos
colicocecales.
c- Reflejos que van desde el intestino a la médula
espinal o al tronco encefálico para después volver al tubo. Como reflejos que
se originan en el estómago y duodeno que viajan al tronco y regresan a través
de los vagos, controlando motilidad y secreción. Los reflejos dolorosos que
provocan una inhibición general del aparato digestivo y los reflejos de la
defecación que viajan desde el colon y el recto hasta la médula espinal y
regresan para producir contracciones
necesarias para la defecación.
Control hormonal de
la motilidad gastrointestinal
Para exponer de manera general las principales hormonas
implicadas en el control de la motilidad del tracto gastrointestinal se muestra
la siguiente tabla
Hormona
|
Función
y características
|
Gastrina
|
Secretada por células G en
respuesta a la distención estomacal y al péptido liberador de gastrina.
Estimula secreción de ácido
gástrico y estimula el crecimiento de la mucosa gástrica
|
Colecistocinina
|
Secretada por células I del
duodeno y yeyuno en respuesta a presencia de grasas y monoglicéridos.
Estimula vaciamiento de la
vesícula biliar, inhibe moderadamente la contracción gástrica, permitiendo la
digestión adecuada de grasas.
|
Secretina
|
Secretada por células S del
duodeno en respuesta a la presencia de ácido gástrico.
Estimula la secreción pancreática
de bicarbonato.
|
Péptido
inhibidor gástrico
|
Proviene de la mucosa de la
parte alta del intestino delgado como respuesta a la presencia de ácidos
grasos y aminoácidos, un poco menos a los ácidos grasos
Reductor leve del movimiento
gástrico, retrasando el vaciamiento del estomago al duodeno.
|
Motilina
|
Secretada en la primera parte del
duodeno durante el ayuno, aumenta la motilidad gastrointestinal, la ingesta
de alimentos inhibe su secreción.
|
Existen dos tipos funcionales de movimientos en el tubo, los
movimientos de propulsión, que incluyen al peristaltismo y los movimientos de
mezcla. El peristaltismo es el movimiento de propulsión básico,
alrededor del intestino se forma un anillo de contracción que se desplaza hacia
delante, cualquier material situado delante del anillo de contracción también
se desplazará hacia delante. Otros tubos del cuerpo también poseen movimientos
peristálticos como los uréteres, los conductos biliares o los conductos de
algunas glándulas.
El principal estímulo del peristaltismo es la distención del
tubo digestivo, así la cantidad de alimento en la luz del tubo participa
activamente en la generación de movimientos intestinales; otro estimulo para
desencadenar este movimiento de propulsión es la presencia de ciertos químicos
y la de señales nerviosas. Cabe señalar que el peristaltismo está fuertemente
relacionado al funcionamiento del plexo mientérico y que siempre se lleva en
dirección oral – anal, y si es retrogrado de inmediato de apaga.
Cuando la distención excita un segmento de intestino e
inicia el movimiento, el anillo suele comenzar delo proximal del segmento distendido y luego se
mueve hacia el segmento empujando el contenido. Al mismo tiempo el intestino se
relaja (relajación receptiva) lo que facilita la propulsión hacia el ano; Esto
se conoce como reflejo mientérico o peristáltico, la suma de este reflejo y del
movimiento peristáltico en sentido anal se conoce como “ley del intestino”.
Para
mantener las cantidades apropiadas de nutrientes necesarias para las funciones
celulares, se mantiene una ingesta constante de alimentos, la cual depende del
hambre y del apetito, que se controlan a nivel nervioso; sin embargo existen
dos partes mecánicas de la ingesta: la masticación y la deglución.
Los dientes están diseñados para la masticación, los
incisivos poseen una fuerte acción de corte y los molares ejercen una acción
trituradora hasta de 100kg de fuerza. Las piezas dentales están estrechamente
relacionadas a los músculos masticadores, los cuales están inervados en buena
parte por el V par craneal, aunque el proceso de la masticación está controlado
por núcleos del tronco encefálico y se puede estimular mediante varios puntos
del sistema nervioso.
Gran parte de la masticación se debe al reflejo masticatorio
el cual sucede de esta manera, en la presencia del bolo alimenticio se produce
un reflejo inhibidor de los músculos respiratorios y la mandíbula desciende, la
caída de la mandíbula produce un reflejo de distención que provoca una contracción de rebote. Luego entonces la
mandíbula se eleva a ocluir los dientes y el bolo se comprime contra el
revestimiento de la boca, lo que provoca la repetición del ciclo.
La masticación es importante porque ayuda a la digestión de la celulosa de los vegetales,
contribuye a la acción de las enzimas digestivas que trabajan en la superficie
de los alimentos y permite el paso a través del esófago hacia el estómago
evitando excoriaciones de la mucosa.
- Deglución y tránsito
esofágico:
La deglución se divide en tres fases: la fase voluntaria que
inicia el proceso, una fase faríngea involuntaria y una fase esofágica también
involuntaria.
La fase voluntaria de la deglución se da cuando la lengua
hace presión hacia arriba y hacia atrás contra el paladar arrastrando los
alimentos hacia la faringe, esta es la única fase de la deglución que es
voluntaria, las fases restantes son automáticas.
La fase faríngea es involuntaria y se da cuando el bolo
alimenticio se encuentra en la parte posterior de la boca y en la faringe
estimulando las áreas epiteliales receptoras de la deglución, situadas sobre la
entrada de la faringe y los pilares amigdalinos. Estos estímulos provocan que
se mande una señal del sistema nervioso y se contraigan y relajen los músculos
que intervienen en la deglución involuntaria.
La fase esofágica de la deglución consiste en el rápido
transporte de los alimentos desde la faringe hacia el estómago, siendo el
esófago el órgano encargado. El tubo esofágico puede realizar dos tipos de
movimientos peristálticos, los primarios y los secundarios. Los movimientos
peristálticos primarios del esófago son parte de una continuación simple de la
onda peristáltica que inicia en la faringe y se propaga hacia el esófago. Los
movimientos primarios no son suficientes para vaciar el órgano de alimentos,
por lo que se dan los movimientos secundarios que son ondas peristálticas
debidas a la distensión de las paredes esofágicas por los alimentos contenidos.
En el primer tercio del esófago, la cubierta muscular es estriada, los dos
tercios restantes está compuesta por músculo liso y la inervación del tubo
esofágico depende del sistema nervioso entérico y los nervios glosofaríngeo y
vago de cada lado.
Cuando las ondas peristálticas esofágicas alcanzan el
estómago, se produce una onda de relajación, transmitida por las neuronas
inhibitorias mientéricas. La totalidad del estómago y una parte del duodeno se
relajan por lo que se hallan preparados para recibir el bolo alimenticio que ha
viajado por la luz esofágica, este fenómeno se conoce como la relajación
receptiva del estómago.
Cabe señalar que entre el esófago y el estómago se encuentra
el esfínter gastroesofagico, que es un músculo circular también conocido como
esfínter inferior. Este esfínter mantiene una contracción tónica y cuando la
onda peristáltica del esófago llega a este esfínter se produce una relajación
receptiva que facilita la propulsión de alimentos hacia el estómago; cuando el
esfínter no se contrae de manera satisfactoria se produce un cuadro conocido
como aclasia.
- Funciones motoras del estómago
En base a su anatomía el estómago se divide dos porciones
principales el cuerpo y el antro gástrico. En base a su fisiología se divide en
una porción oral, formada por los dos tercios superiores del cuerpo y una
porción caudal, constituida por cuerpo y antro.
Las funciones motoras del estómago son tres: almacenamiento
temporal de alimentos antes de poder procesarlos, mezcla de los alimentos para
la formación del quimo y vaciamiento del estómago hacia el intestino para que
se pueda dar la digestión y la absorción.
El estómago puede alcanzar un límite de relajación completa
situado entre 0.8 y 1.5 litros. Al distenderse el estómago producto de un
estímulo vago- vagal, se permite la entrada de todos los alimentos que vienen
del esófago, los cuales van formando círculos concéntricos que mantienen los
alimentos más recientes cerca de la posición oral y los más antiguos próximos a
la pared gástrica externa.
Movimientos de mezcla
y propulsión del estómago:
Cuando el estómago tiene contacto con los alimentos se
inicia en la parte superior o media, ondas peristálticas débiles, llamadas
ondas de constricción u ondas de mezcla. Conforme las ondas de constricción
avanzan desde el cuerpo gástrico hacia el antro se van intensificando y algunas
se vuelven muy intensas, dando lugar a anillos peristálticos de constricción
desencadenados por potenciales de acción que mueven el contenido antral hacia
el píloro.
El contenido estomacal no sale de la bolsa gástrica debido
que las ondas de constricción también promueven la contracción del esfínter
pilórico, por lo que el contenido estomacal permanece en el interior del
estómago hasta que está listo para el vaciamiento.
Una vez que los alimentos se han mezclado con los jugos
gástricos producidos por las glándulas de la mucosa estomacal se produce una
sustancia conocida como quimo, el cual va a pasar al intestino delgado.
Además de las contracciones del estómago por la presencia de
alimentos, este órgano también se puede contraer rítmicamente en la ausencia de
estos. Cuando el estómago permanece vacío durante varias horas se producen las
llamadas contracciones de hambre, que se pueden volver muy potentes, e incluso
fusionarse provocando una contracción tetánica que puede durar de 2 a 3
minutos.
Las contracciones peristálticas intensas del antro gástrico
promocionan el vaciamiento y las contracciones débiles de mezcla permiten que
los alimentos se combinen con las secreciones y jugos gástricos. Cuando el tono
pilórico es normal cada onda peristáltica empuja varios mililitros de quimo
hacia el duodeno. De esta forma las ondas gástricas además de mezcla ejercen
una función de bombeo, reciben el nombre de “bomba pilórica”.
El píloro y su esfínter poseen un papel de suma importancia
en el contenido y vaciamiento estomacal, el píloro usualmente tiene una contracción
tónica, aunque se relaja lo suficiente para el paso de las sustancias hacia el
intestino delgado. Existen varios factores nerviosos y humorales que
intervienen tanto en el funcionamiento del píloro como en el vaciamiento en
general.
A continuación se presenta una tabla con los factores que
intervienen en la función del vaciamiento gástrico, importantes para la función
digestiva de todo el aparato.
Factor
|
Características
|
Volumen
alimentario
|
El aumento del volumen
alimentario aumenta el vaciamiento gástrico. La distensión de las paredes
gástricas despierta reflejos mientéricos que acentúan la acción de la bomba
pilórica.
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Gastrina
|
La gastrina estimula la acción
de la bomba pilórica de manera moderada.
|
Efecto inhibidor de reflejos enterogástricos
del duodeno
|
Al pasar los alimentos al duodeno
se desencadenan numerosos impulsos nerviosos. Pudiendo transmitirse por el
sistema entérico, por nervios extrínsecos y los nervios vagos.
Estos impulsos inhiben las
contracciones propulsoras de la bomba pilórica y aumentan el tono del
esfínter pilórico, por lo que reducen el vaciamiento si la distensión del
duodeno es alta, existe irritación en mucosa intestinal, si es muy ácido el
quimo, por la presencia de ciertas sustancias o si es demasiada la cantidad
de quimo que pasa al duodeno.
|
Retroalimentación hormonal del duodeno
|
Colecistocinina liberada en
yeyuno en respuesta a la presencia de grasas, inhibe motilidad gástrica y
bloquea efecto de la gastrina.
Secretina y el péptido inhibidor
gástrico también inhiben motilidad.
|
- Movimientos del intestino delgado
Los movimientos intestinales son de propulsión y de mezcla,
aunque en general todo movimiento del intestino delgado lleva a cabo mezcla y
propulsión del contenido del tubo.
Dentro
de las contracciones de mezcla se encuentran las contracciones de segmentación,
las cuales se generan al paso del quimo por el intestino induciendo
contracciones concéntricas que generan la apariencia de segmentos a lo largo
del tubo intestinal. La frecuencia máxima de las contracciones de segmentación
depende de la frecuencia de las ondas eléctricas lentas de la pared intestinal,
aunque también están fuertemente relacionadas a la excitación del plexo
mientérico.
Los movimientos peristálticos del intestino corresponden a
los movimientos de propulsión que mueven el quimo a lo largo del tracto. Estos
movimientos se pueden generar en cualquier punto del intestino delgado y se
mueven hacia el recto con una frecuencia de 0.5 a 0.2 cm/s. El movimiento neto
del quimo en el intestino delgado es de 1cm/s por lo que se necesitan tres
horas para que el quimo llegue del píloro a la válvula ileocecal.
El peristaltismo en el intestino después de la ingesta
aumenta mucho, esto se debe a la distensión de las paredes del duodeno al llegar
el alimento, así como al reflejo gastroentérico producido por el plexo
mientérico. También influyen hormonas como la gastrina, colecistocinina,
insulina, Motilina y serotonina; La secretina y el glucagón inhiben la
motilidad del intestino delgado. Es importante mencionar que el peristaltismo
además de transportar el quimo lo extiende sobre la superficie del intestino
para su absorción.
En algunas ocasiones, el quimo al llegar a la válvula
ileocecal se queda bloqueado durante varias horas, hasta que la persona ingiere
comida, lo que provoca la aparición del reflejo gastroileal que intensifica el
peristaltismo en el íleon y obliga al quimo a atravesar la válvula ileocecal
hacia el ciego.
Otros factores pueden influir en el peristaltismo, una
irritación intensa en la mucosa puede provocar que el peristaltismo se vuelva
rápido y potente, lo que se conoce como acometida peristáltica, común en
algunos cuadros patológicos como la diarrea infecciosa.
Los movimientos del colon pueden considerarse muy perezosos,
esto es por el tipo de funciones que desempeña; la primera función del colon es
la absorción de agua y electrolitos para la formación de heces sólidas y la
segunda es que actúa como almacén de heces antes de que estas se excreten.
Los movimientos de mezcla del colon al igual que en el
intestino delgado son de segmentación, solo que en el colon en cada uno de los
segmentos formados se contraen alrededor de 2.5 cm de músculo circular que en
combinación con las bandas longitudinales correspondientes a las tenias cólicas
forman las haustras.
Cada haustra alcanza su máxima intensidad cada 30 segundos y
desaparece alrededor de los 60 segundos siguientes; así el contenido fecal es
ordeñado y empujado expuesto a la superficie del colon para fines absortivos
hasta la defecación.
La propulsión que tiene lugar en el ciego y el colon
ascendente está dada por contracciones lentas y persistentes que demoran de 8 a
15 horas para desplazar el quimo de la válvula ileocecal. Del ciego hasta el colon
sigmoides la propulsión depende de los movimientos en masa, que ocurren solo
entre una y tres veces al día. Un movimiento en masa consta de un anillo de
contracción en respuesta a la distención o irritación y de manera rápida
porciones distales al anillo pierden sus haustras y se contraen como unidad, empujando la
materia fecal en masa de un segmento a otro. La serie completa de movimientos
en masa puede persistir de 10 a 30 minutos. Cuando la masa llega al recto,
aparece el deseo de defecar.
Los reflejos gastrocólico y duodenocólico pueden
desencadenar el movimiento en masa en respuesta a la distención de las paredes
del estómago y duodeno, dichos reflejos se encuentran relacionados con el
sistema nervioso autónomo; así también ciertas irritaciones o algún trastorno
ulceroso de la mucosa cólica también pueden desencadenar estos movimientos e
incluso presentarse de manera ininterrumpida.
Cuando un movimiento de masa fuerza a las heces a penetrar
el recto, surge el deseo de la defecación con una contracción refleja del recto
y la relajación de los esfínteres anales (esfínter anal interno de músculo liso
involuntario y externo de músculo estriado voluntario).
La defecación siempre inicia gracias a los reflejos de la
defecación. Uno de ellos es intrínseco mediado por los plexos de la pared
rectal; se presenta cuando las heces están en el recto, la distención emite
señales nerviosas iniciando ondas peristálticas, se relaja el esfínter anal
interno y se puede relajar de manera voluntaria el esfínter anal externo.
El reflejo también necesario para la defecación es el
reflejo parasimpático de la defecación, en el cual intervienen los segmentos
sacros de la médula espinal, la
respuesta parasimpática aumenta la intensidad de las ondas peristálticas y
relajan el esfínter anal interno.
Otros reflejos que pueden actuar sobre la actividad
intestinal son, el reflejo peritoneointestinal que se debe a la irritación del peritoneo, inhibe la
acción de los nervios excitadores, puede causar una parálisis intestinal sobre
todo en casos de peritonitis. También el reflejo nefrointestinal y
vesicointestinal inhiben la actividad intestinal en caso de irritación renal o
vesical.
Bibliografía.
-GUYTON & Hall. Tratado de Fisiología Médica 11ª edición. Editorial Elsevier. España 2009.